​Rumania inició un censo inédito para registrar la huella genética de cada oso en los Cárpatos, una medida que despertó el temor de ambientalistas de que los convierta en blanco de cazadores, mientras pobladores viven asustados por la presencia de estos invasivos mamíferos omnívoros.

Atac urs pe TransfagarasanFoto: Captura Facebook

En los próximos meses, "400 expertos y voluntarios estarán en el terreno para obtener muestras" de excrementos y pelos para un análisis de ADN, explicó a AFP el ministro del Medio Ambiente, Barna Tanczos.

El objetivo del proyecto financiado por la Unión Europea (EU) y valorado 11 millones de euros (13,2 millones de dólares) es "evaluar el tamaño de la población de osos".

Cálculos de los años '90 indican que los bosques rumanos albergaban unos 6.000 osos marrón, el mayor número de Europa fuera de Rusia.

Pero las autoridades locales consideran esta cifra lejana de la realidad, ante la cantidad de plantígrados que aparecen en los pueblos de Transilvania (centro) en busca de comida.

Y se han registrado un centenar de ataques en los últimos tres años. A fines de julio, un pastor fue gravemente herido mientras que un segundo que logró huir fue encontrado muerto a 300 metros del sitio, con marcas de mordeduras y marcas de garras de oso.

Hasta ahora, se medía a la población de osos por las marcas dejadas en la nieve o el fango.

Sin embargo, la recolección de heces y pelos permitirá elaborar una base de datos en la que cada muestra será conservada y debidamente registrada con un código de barras, según el ministro.

Censo completo

Robin Rigg, presidente de la Slovak Wildlife Society, conoce bien el procedimiento, que él ha usado para contar los lobos. Puede brindar un tesoro de informaciones, según el experto irlandés consultado por AFP: el sexo del animal y eventuales relaciones de parentesco con sus pares. Lo importante es rastrear ampliamente y "recoger tres veces más muestras que el número calculado de animales", indicó Djuro Huber, profesor de la Universidad de Zagreb, Croacia.

Sin embargo, los defensores de los animales temen que la iniciativa abra la puerta a una reanudación de la caza si se determina que hay "demasiados" plantígrados. Cristian Papp, del Fondo Mundial por la Vida Silvestre (WWF), pidió "transparencia en la recolección e interpretación de los datos".

Desde ya, un decreto causa preocupación: para tranquilizar a la población, el gobierno decidió dar a las autoridades locales el derecho de decidir sobre la vida o la muerte de un oso agresivo.

Hasta ahora solo el gobierno podía autorizar la matanza, caso por caso. La caza deportiva, que atraía a aficionados de todo el mundo en busca de un "trofeo", está prohibida desde 2016 para proteger a la especie, aunque algunas ONG denuncian violaciones, como el caso del príncipe de Liechtenstein, acusado de matar en marzo al "más grande" de los osos rumanos, conocido como Arthur.

Pobladores asustados

"Con el pretexto de su peligrosidad, se prepara una masacre de estos animales muchas veces hambrientos, víctimas de la explotación forestal, de la reducción y destrucción de su hábitat, y de un intento de demonizarlos por grupos de cazadores", reclamó la Fundación Brigitte Bardot sobre el decreto.

"Esas acusaciones son infundadas", sostuvo Tanczos. "Un oso no será abatido a menos que ponga una vida humana en peligro", aseguró. Para Marton-Csaba Bacs, alcalde de la localidad de Bixad (centro) "la situación se ha vuelto insostenible".

"Todos los días los osos destrozan huertas, atacan corderos, incluso han entrado al patio de la clínica", dijo a la AFP.

En el departamento vecino de Harghita, osos fueron vistos en una plataforma de la estación o incluso en la cocina de un restaurante, según la policía, que en un solo fin de semana recibió 12 solicitudes para sacar a osos que se encontraban en zonas turísticas.

"Aquí estamos en las fauces del oso, los pobladores están asustados", sostuvo Bacs. "La relación entre el hombre y el oso se ha degradado", deplora el alcalde.

"Si el Estado no interviene, gente desesperada se expone a tener que recurrir a soluciones ilegales".