​Suntuosas propiedades de personas cercanas a Viktor Orban desveladas gracias a drones han provocado que el Gobierno húngaro apruebe una ley acusada de amordazar la labor investigadora de los periodistas. Gabi Horn se enteró de esto cuando recibió una llamada telefónica en octubre pasado sobre uno de sus artículos sobre un oligarca que apareció en el sitio web Atlatszo.

HotNews.roFoto: Hotnews

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Ingenuamente, creyó al principio que se había abierto una investigación por corrupción. Pero "resultó que, de hecho, habíamos sido objeto de una denuncia por ‘adquisición ilegal de datos”, explicó a AFP. Al final, el caso se cerró sin seguimiento pero a principios de enero entró en vigor una nueva legislación para "proteger la privacidad y definir estándares de seguridad", de acuerdo con una directiva europea, según el argumento oficial.

A partir de ahora, la transmisión de imágenes de residencias tomadas por dron sin el permiso del propietario puede ser sancionada con un año de prisión. Este texto "complica la tarea de quienes investigan la corrupción y la apropiación indebida de dinero público y fondo s europeos", dijo Gabi Horn.

"Claramente está apuntando a reporteros curiosos”, prosiguió. "Continuaremos, pero con la sombría perspectiva de un posible proceso penal", subraya, aunque no cree que los jueces envíen a los periodistas tras las rejas por tal motivo.

El 'impacto' de las imágenes

Desde el regreso en 2010 del primer ministro soberanista Viktor Orban, se han observado graves obstáculos a la libertad de prensa en este país de Europa central. La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) calificó el control ejercido sobre los medios de comunicación como "inédito en la Unión Europea".

En este panorama cada vez más amordazado, donde "los canales oficiales casi nunca responden a las solicitudes", el uso de drones ha demostrado ser especialmente útil, subraya el periodista húngaro de 53 años. Su portal de noticias publicó varios videos de drones el año pasado, incluso en propiedades del padre y el yerno de Orban.

Estos clichés "tienen más peso que mil palabras: muestran a la gente común la espantosa extensión de la facilidad de los poderosos", insiste Gabi Horn. Fue un artículo sobre Lorinc Meszaros, un amigo de la infancia y colaborador cercano de Viktor Orban, que fue interrogada por la policía.

Ahora es el hombre más rico de Hungría, con un patrimonio neto estimado en 1.400 millones de euros, según la revista estadounidense Forbes, mientras que sus empresas ganan regularmente contratos públicos financiados con fondos del Estado y la UE.

Hungría ocupa el último lugar de la UE en términos de corrupción, según el ranking de la ONG Transparencia Internacional, junto a Rumanía y Bulgaria.

"Hay demasiado"

AFP preguntó al Ministerio de Innovación y Tecnologías (ITM) sobre la iniciativa del texto, pero no obtuvo respuesta. "En muchos casos, la libertad de prensa prevalece sobre la esfera privada, y es un error no tener en cuenta este elemento en la ley", comenta la abogada Monika Richlach, especialista en protección de datos. Más allá del círculo mediático, los pilotos de drones comerciales o los simples entusiastas del domingo denunciaron esta legislación, juzgando que iba mucho más allá de las normas europeas.

Por ejemplo, hace obligatorio el registro de cualquier dron que lleve cámara, al igual que la formación de su propietario, independientemente del peso de la máquina. También debe pedir permiso a las autoridades 30 días antes del vuelo.

"¡Es más estricto que en China!", dijo indignado Balazs Kaplar, un fotógrafo que regresó recientemente de Beijing después de 15 años de vivir bajo este régimen autoritario.

Actualmente, pocos más de 10.000 usuarios de drones han cumplido con las nuevas reglas, señala Zoltan Helmeczi, gerente de una tienda de Budapest que vende dispositivos de la marca china DJI, un negocio en auge desde 2018. "La regulación es necesaria, pero esto es demasiado", reacciona el comerciante, cuyo negocio fue golpeado primero por la pandemia y, luego, por este cambio de ley. "Es una tecnología del futuro que debe fomentarse, no ralentizarse", espetó frente a los estantes llenos de drones brillantes, pero vacíos de clientes.