La carrera se anuncia reñida pero los liberales tienen una gran ventaja: El apoyo del popular jefe de Estado, Klaus Iohannis, procedente de sus filas. Pese a las acusaciones de "violación de la Constitución", este último hizo campaña abiertamente a favor del PNL y descartó un regreso de los socialdemócratas durante su segundo mandato, que se prolonga hasta 2024, cuenta AFP.

Orban si Iohannis, la BRUAFoto: Presidency.ro

El PSD ganó las elecciones de 2016 pero "decepcionó profundamente al electorado interesado en el Estado de derecho, la igualdad ante la ley y la democracia", estima Popescu, quien recuerda una polémica reforma del sistema judicial puesta en marcha en 2017 por esta formación, pese a las advertencias de Bruselas.

Esta reforma, frenada por los liberales, había provocado una ola de protestas sin precedentes desde la caída del régimen comunista a finales de 1989. También se ha debilitado por el encarcelamiento por corrupción de su exlíder Liviu Dragnea.

El PSD, heredero del Partido Comunista que ha dominado la escena política durante los últimos 30 años, dejó el poder por una moción de censura a finales de 2019, pero sigue siendo mayoritario en el Parlamento.

"Lo que está en juego en las elecciones es enorme", declaró Orban en una entrevista con la AFP.

"Una alta participación es crucial para que Rumanía continúe avanzando en la dirección correcta, es decir, con el respeto de los derechos y libertades fundamentales, el Estado de derecho, el comportamiento leal dentro de la UE y de la OTAN", subrayó.