Las nuevas diatribas entre el presidente de Rumania, Klaus Iohannis, y el Gobierno han vuelto a tensar las relaciones entre ambas instituciones. La convocatoria para el martes por parte del jefe de Estado del ministro de Exterior, Teodor Melescanu, por bloquear la declaración de la Unión Europea que condenaba el traslado de la Embajada de Estados Unidos en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén, ha causado el enfado de la primera ministra, la socialdemócrata Viorica Dancila, al señalar que primero debe ser consultada ella, como jefe del Ejecutivo.

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“En un Gobierno, para que hables con un ministro, debes hablar antes con el primer ministro”, declaró este lunes Vioncila, después de haber regresado de su viaje al Vaticano, donde se encontró con el Papa Francisco. Dancila insistió en que ella debe dar el visto bueno a esa reunión.

Por su parte, el hombre fuerte del Partido Social Demócrata (PSD), Liviu Dragnea, dijo que Iohannis quiere amedrantar al Gobierno con un “estilo mafioso” sólo visto en las películas. El director de orquesta en el Gobierno rumano resaltó que el presidente cree que solo él puede conducir la política exterior de Rumanía.

“Cualquier acción interna o externa que hace el Gobierno y no le gusta al presidente es atacada, socavada e, incluso, saboteada. En los casos de Israel y en el de la visita al Vaticano (anunciado por Dancila horas antes de su viaje) y en el de las mentiras sobre la economía (la inflación está por las nubes, un 5,2 % ha aumentado en un año)”, manifestó Dragnea.

Iohannis ha pedido dos veces la dimisión de Dancila de su cargo, tras cuatro meses después en el poder y ser la tercera primera ministra desde que gobierna el centroizquierda desde finales de 2016.