​Una niña de nacionalidad iraquí de diez meses falleció por sarampión en Rumanía, elevando así a 33 el número de muertos desde que comenzó la epidemia en septiembre de 2016, debido sobre todo a las campañas antivacunación, informó hoy la Sanidad Pública rumana. La pequeña, que entró el pasado 7 de julio al país por la provincia de Timis (al oeste de Rumanía), fue internada en agosto en un hospital donde se confirmó que padecía esta enfermedad.

In Romania s-au inregistrat peste 4.000 de cazuri de rujeolaFoto: Lightspring

A finales de julio, se registró la muerte de un joven de 29 años a causa de una complicación por el sarampión, que se le había diagnosticado en febrero.

El Gobierno rumano, preocupado por la grave epidemia de sarampión, pretende aprobar una ley que obligue a vacunar contra esta enfermedad, pese a la protestas de varias asociaciones de padres.

Según el proyecto, las escuelas y las guarderías estarán obligados a solicitar documentos que demuestren que las vacunas obligatorias ya están hechas en el momento de la inscripción.

En caso contrario, los padres tendrán dos meses para presentar esos documentos una justificación de una posible contraindicación.

La tasa de vacunación contra el sarampión en Rumanía alcanza a un 80 % de la población, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda un 95 %.

La epidemia se debe principalmente a la pobreza -Rumanía es el segundo país más pobre de la Unión Europea-, a la nefasta organización que ha provocado que falten vacunas, al complicado acceso a los servicios médicos en zonas rurales y al rechazo de los padres de vacunar a sus hijos.

Si embargo, los especialistas explican esta explosión de casos en las campañas antivacunación impulsadas, entre otros,por grupos religiosos.